Antes de empezar la dieta Alex se comía cada noche (para la cena) un plato de pastas. Muchos me han preguntado porque se lo sigo permitiendo.
Los que conocen los niños del espectro autista saben que su comida es muy limitada (hay consistencias que no les gustan, hay colores de la comida que no les gustan.. y sobre todo no les gusta probar comidas nuevas), y siempre existen alimentos a los cuales son “adictos”. En el caso de Alex esta comida eran las pastas. Y como yo sabía que le gustan mucho, no peleaba con él. Mejor me puse de acuerdo con él e hicimos un trato: para el almuerzo se va comer sin peleas un plato normal y para la cena sí le preparo sus pastas.
Entonces después de empezar la dieta, las pastas eran uno de los primeros platos en los cuales pensaba. Sí, en los supermercados se encuentran pastas sin gluten, pero lamentablemente en Colombia hay muy pocas marcas y algunas son caras.
Afortunadamente no es tan difícil hacer pastas sin gluten.
Lo interesante es que ahora, después de meses en la dieta, a Alex ya no le molesta no cenar con pastas. Le siguen gustando y se pone contento si las preparo, pero está más dispuesto comer otra cosa. Y me parece que lo que le está pasando es esto: como ya con sus pastas no recibe su dosis de gluten (que se transforma en su cuerpo a una “droga”), ya no es adicto a las pastas. Le gustan, pero puede estar sin ellas.